Neurociencia Global - Global Neuroscience
Laura Lozano Montes studied biotechnology at the Universidad Francisco de Vitoria (Madrid) and neurobiology at the Ecole polytechnique fédérale de Lausanne. She recently worked as an assistant at the WHO, where she aimed to promote mental health globally as a main public health issue.
Todo lo que no sabía sobre la salud mental:
Desde mi llegada al Departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias, en la Organización Mundial de la Salud, he aprendido muchas cosas sobre la salud mental y el gran número de personas afectadas por trastornos mentales y cerebrales en todo el mundo.
Aunque he realizado un doctorado en neurociencias, durante todos mis estudios sobre la ansiedad y la depresión estaba tan centrada en los mecanismos neurobiológicos de las mismas que no consideré su impacto global. Muy al contrario de lo que yo pensaba, los trastornos mentales no afectan principalmente a los países con economías fuertes; pues un 75% de los suicidios que tienen lugar cada año a nivel mundial se producen en los países con rentas bajas y medias (PRBM). Además, en los países en vías de desarrollo los tratamientos para los trastornos mentales son escasos; la OMS calcula que más del 75% de las personas con trastornos mentales, cerebrales y por abuso de sustancias, que viven en estos países, no reciben ningún tipo de tratamiento o atención.
La situación global no es muy alentadora ya que los trastornos mentales comunes aumentan en todo el mundo. Entre los años 1990 y 2013, el número de personas que padecen depresión y ansiedad ha aumentado cerca de un 50%, pasando de 416 millones a 615 millones. La globalización actual en las esferas económica, política, social, cultural, ambiental y tecnológica está causando rápidos cambios en la configuración de las sociedades, especialmente en los países en vías de desarrollo que son los que poseen los sistemas más débiles de salud pública.
Es tiempo de unir fuerzas entre los sectores de Salud Pública y la comunidad Científica
Los representantes de salud pública están haciendo muchos esfuerzos para mejorar la salud mental a nivel mundial. La OMS ha establecido el plan de acción de salud mental (destinado a promover la salud mental a nivel mundial); y el programa de acción para superar las brechas en salud mental (mhGAP). Este último promueve la formación de los técnicos de salud primaria para que puedan examinar y tratar los trastornos mentales, facilitando así el acceso a estos servicios para aquellas personas que de otra manera no podrían acceder a ellos.
Al mismo tiempo, la comunidad científica está realizando un gran esfuerzo para intentar comprender los mecanismos cerebrales que subyacen en la salud y en la enfermedad. La Iniciativa BRAIN en Estados Unidos, el Proyecto Cerebro Humano en Europa y otros importantes esfuerzos centrados en los circuitos cerebrales de primates en Japón, entre otros, aumentarán nuestro conocimiento sobre las anomalías que se producen en los circuitos cerebrales de las personas afectadas por trastornos neurológicos, mentales y de abuso de sustancias. Sin embargo, la mayor parte de la investigación que se está realizando actualmente utiliza costosas tecnologías que no son accesibles a PRBM.
Por lo tanto, es hora de que la salud pública y la comunidad científica aúnen sus fuerzas para mejorar la salud mental a nivel mundial. El pasado 1 de julio, por primera vez, los neurocientíficos implicados en diferentes proyectos para realizar un mapa del cerebro humano, se reunieron con representantes de la salud pública de la OMS para discutir cómo su investigación actual podría afectar a la salud mental a nivel mundial, con especial atención a PRBM. Todos los participantes estuvieron de acuerdo en la necesidad de desarrollar tecnologías escalables para facilitar la identificación temprana de factores de riesgo, lo que permitirá adoptar medidas preventivas y el establecimiento de tratamientos tempranos asequibles.
Investigaciones neurocientÍficas orientadas hacia la salud pública: El ejemplo de América Latina
Durante su reciente visita a La Habana, Margaret Chan, Directora General de la OMS, destacó: "Cuba es el único país que cuenta con un sistema de salud estrechamente vinculado a la investigación y al desarrollo. Esta es la forma en la que debemos avanzar, porque la salud humana solo puede mejorar a través de la innovación”. Cuba representa un gran ejemplo de cómo la investigación en neurociencia puede ser utilizada para mejorar la salud mental en PRBM.
Con el fin de minimizar la incidencia de las discapacidades asociadas al desarrollo neuronal, en Cuba, se estableció un programa nacional de discapacidad y se llevaron a cabo investigaciones neurocientíficas para detectar a las personas en riesgo. Se ha comprobado que la pérdida auditiva total o parcial durante los primeros años de vida, si no se identifica y se trata a tiempo, tiene efectos devastadores en el desarrollo del niño (cambiando la estructura cerebral e impactando en el desarrollo intelectual). Estos efectos negativos pueden prevenirse si se realiza una detección precoz de la pérdida auditiva y se inicia una intervención apropiada durante los primeros seis meses de vida.
Científicos del Centro de Neurociencias de Cuba (CNEURO) desarrollaron una tecnología asequible (el sistema AUDIX) para la detección temprana de la pérdida auditiva y, utilizando la impresión en 3D, perfeccionaron la producción, a bajo coste, de las partes externas de los audífonos. El sistema AUDIX ya se ha exportado a otros países de América Latina como Ecuador y Honduras; y se está utilizando en otros 11 países en programas de detección de pérdidas auditivas.
Además, investigadores colombianos han identificado recientemente un método económico para detectar personas con riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, utilizando electroencefalogramas, EEG, con electrodos que se adhieren a la cabeza midiendo la actividad eléctrica intracerebral. Los electroencefalogramas son más económicos, se encuentran disponibles en más centros y son menos invasivos que otras técnicas de imagen cerebral más costosas.
Los ejemplos de Cuba y Colombia nos muestran cómo la ciencia puede utilizarse para desarrollar o identificar tecnologías más asequibles para la detección temprana de sujetos con riesgo de sufrir trastornos del desarrollo neuronal y neurodegenerativos, como la pérdida de la audición y la enfermedad de Alzheimer. También existen otros ejemplos prometedores que evidencian cómo las innovaciones científicas han ayudado a mejorar la salud mental en PRBM; algunos de ellos están incluidos en el sitio web de la Red de Innovación en Salud Mental.
Las investigaciones neurocientíficas han demostrado ya su eficacia en la mejora de la salud mental en PRBM (como en los ejemplos de Cuba y Colombia, entre otros). Por ello, es muy alentador saber que en la actualidad tanto los representantes de la salud pública como los neurocientíficos se muestran dispuestos a trabajar juntos para lograr la mejora global de la salud mental.
Otros recursos relacionados con la salud mental:
- WHO black dog video with Spanish subtitles
- Mental health facts in Spanish
- Example on the use of the mhGAP-IG in the Syrian conflict
What I did not know about Mental Health:
Since my arrival to the Department of Mental Health and Substance Abuse at the World Health Organization (WHO), I have learnt many things about mental health and the number of people affected by mental disorders worldwide.
Although I have completed a PhD in neurosciences, during all my PhD studies I was so focussed on the neurological mechanisms of anxiety and depression at an individual level that I did not fully consider their global impact. Contrary to what I thought, mental disorders are not found only in high income countries. Research shows us that 75% of the suicides committed each year worldwide take place in low- and middle-income countries (LMIC). Furthermore, in LMIC treatments for mental disorders are limited. WHO estimates that more than 75% of people suffering from mental, neurological, and substance use (MNS) disorders living in these countries do not receive any treatment or attention.
The current situation does not look very promising given that mental health disorders are increasing worldwide. Between 1990 and 2013 the number of people with depression and anxiety has increased almost 50%, from 416 million to 615 million. The current globalization in the economic, political, social, cultural, environmental and technological spheres has led to rapid changes in the configuration of societies, particularly in poorer countries, which have the weakest social welfare and public health systems.
Time to join efforts between the Public Health and Scientific Sectors
Public health representatives are making lots of efforts to improve mental health globally. The WHO has established the mental health action plan (aiming to promote mental health globally); and the mental health gap action programme (mhGAP), training primary health care providers to screen and provide treatment for mental disorders to increase access to services for those that may not otherwise have access.
At the same time, the scientific community is investing a great amount of effort to understand the brain mechanisms underlying health and disease. The BRAIN Initiative in US, the Human Brain Project in Europe, and other major efforts focusing on non-human primate brain circuits in Japan, among others, will increase our knowledge of the abnormalities in brain circuitry underlying neurological, mental and substance use disorders. However, most of the research currently being performed uses expensive technologies that are not accessible to LMIC.
Therefore it is time for the public health and the scientific communities to join forces in order to improve mental health globally. Last 1st of July, for the first time, neuroscientists from different human brain projects met public health representatives from WHO to discuss how their current research could impact mental health globally, with special focus on LMIC. All participants agreed on the need to develop scalable technologies for early identification of at-risk populations that would allow for affordable risk-mitigation or early treatments.
Neuroscience research towards public health: The example of Latin America
During her recent visit to Havana, Margaret Chan, Director-General of the WHO, highlighted: "Cuba is the only country that has a health care system closely linked to research and development. This is the way to go, because human health can only improve through innovation". Cuba represents a great example on how neuroscience research can be used to improve mental health in low resource settings.
In order to decrease the incidence of neuro-developmental disabilities in Cuba, a National program for disability was established and neuroscience research was carried out to help identify individuals at risk. It is known that total or partial hearing loss during the first years of life, if unidentified and untreated, has devastating effects on child development (changing brain structure and impacting normal intellectual development). These negative effects can be prevented if hearing loss is detected early and appropriate intervention is initiated during the first six months of life.
Scientists from the Cuban Neurosciences Center (CNEURO) developed affordable technology (the AUDIX system) for early screening of hearing loss and perfected the production of cheap hearing aid external parts using 3D printing. The AUDIX system has now been exported to other Latin American countries such as Ecuador and Honduras; and it is being used in 11 different countries for hearing screening programs.
Furthermore, Colombian researchers have recently identified an inexpensive method (Electroencephalogram, or EEG, electrodes are attached to the head measuring the electrical activity inside the brain) to detect individuals at risk for Alzheimer’s disease. Electroencephalograms are less expensive, more widely available, and less invasive than other, more expensive brain imaging techniques.
The examples of Cuba and Colombia show how science can be used to develop or identify affordable new technologies for early detection of subjects at risk of neurodevelopmental and neurodegenerative disorders, such as hearing loss and Alzheimer disease, respectively.
There are also other promising examples on how scientific innovations have helped to improve mental health in LMIC, some of them featured on the Mental Health Innovation Network website.
Brain research has already been proven to be effective in improving mental health at LMIC (as in the examples of Cuba and Colombia, among others). It is, therefore, very encouraging to know that both public health representatives and neuroscientists are now eager to work together towards global improvement of mental health.
Bibliography
World Health Organization. (2013). Mental health action plan 2013-2020.
World Health Organization. (2010). Mental Health Gap Action Programme: MhGAP Intervention Guide for Mental, Neurological and Substance Use Disorders in Non-specialized Health Settings: Version 1.0. Geneva: WHO, 86-94.
Perez-Abalo, M. C., Gaya, J. A., Savio, G., Ponce, D. L. M., Perera, M., & Reigosa, V. (2004). [Early detection and intervention of hearing impairment in Cuba: outcome after 20 years.]. Revista de neurologia, 41(9), 556-563.
Rodriguez, R., Lopera, F., Alvarez, A., Fernandez, Y., Galan, L., Quiroz, Y., & Bobes, M. A. (2014). Spectral analysis of EEG in familial Alzheimer’s disease with E280A presenilin-1 mutation gene. International Journal of Alzheimer’s Disease, 2014.