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Círculos de mujeres: una intervención psicosocial grupal para mujeres
Los Círculos de Mujeres son la pieza clave que sustenta a Buena Semilla. Los círculos son una intervención psicosocial grupal dirigida por la comunidad y basada en la comunidad que consiste en grupos de apoyo (Círculos de Mujeres) para mujeres indígenas vulnerables. Cuando decimos "vulnerable", nos referimos, por ejemplo, a madres solteras, madres adolescentes, víctimas de violencia, mujeres en extrema pobreza, madres que sufren angustia psicosocial y mujeres con embarazos no deseados. Los Círculos de Mujeres crean un espacio facilitado por pares capacitadas, incluyendo parteras tradicionales y trabajadoras de salud comunitarias.
Los Círculos de Mujeres son un espacio colectivo co-diseñado basado en la comunidad donde las mujeres pueden desarrollar su autoestima, compartir las dificultades de cada fase y encontrar soluciones colectivamente, fortalecer sus redes de apoyo social, mejorar su bienestar emocional y ganar confianza en sus habilidades para navegar. los desafíos específicos que enfrentan. El objetivo es reforzar un cambio duradero que tenga el potencial de extenderse a través de las generaciones, mejorando la salud y el bienestar materno infantil.
Los Círculos consisten en 12 sesiones que se llevan a cabo cada dos o cuatro semanas y están dirigidas por pares capacitadas o por trabajadoras de salud comunitarias. Dentro de los Círculos, las actividades individuales y grupales se basan en una amplia gama de enfoques, incluidas las prácticas indígenas, la educación popular, las actividades basadas en el arte y el aprendizaje a través del juego, la terapia ocupacional y la terapia cognitivo conductual, todo lo anterior involucra a las mujeres a través de procesos de reflexión , concientización, resolución de problemas, construcción de relaciones y fortalecimiento de habilidades, apoyándolas para convertirse en agentes de cambio en sus propias vidas y familias.
El Modelo fue creado a través de un proceso continuo de Investigación Participativa que empezó en 2010, con mujeres (incluidas parteras tradicionales) que viven en comunidades K'iche periurbanas y Mam-mayas rurales en las tierras altas occidentales de Guatemala. Las mujeres participantes codiseñaron la metodología y el contenido de la intervención, enfocándose en sus propios desafíos y sueños diarios para un futuro mejor.
El enfoque de Buena Semilla se basa en gran medida en las metodologías de descolonización y el trabajo de Paulo Freire y Augusto Boal, específicamente su enfoque en la educación popular, la concienciación y la movilización social para el cambio. Estos son componentes clave para todas las actividades del proyecto.
Diálogos deliberativos: un protocolo de movilización social para involucrar a hombres y mujeres en el diseño conjunto de estrategias para abordar la salud mental y el bienestar en sus comunidades
En respuesta a un pedido de la comunidad, Buena Semilla está ampliando sus iniciativas para involucrar a los hombres e incluir a adolescentes, ancianos y curanderos tradicionales a través de un enfoque intergeneracional e intercultural de la salud y el bienestar. La movilización de la comunidad es crítica para estimular y mantener las soluciones complejas y relevantes localmente que se necesitan para mejorar la salud y el bienestar de las comunidades marginadas de Guatemala y más allá, especialmente aquellas que han experimentado historias complejas de opresión sistemática. También es fundamental involucrar a los hombres en estos esfuerzos, incluidos los adolescentes, los ancianos y los curanderos tradicionales, quienes rara vez son integrados en las intervenciones psicosociales maternas.
Los hombres, y su propio estado de salud mental, desempeña un papel determinante como socios, padres y miembros de la comunidad. Los ancianos y los curanderos tradicionales poseen conocimientos ancestrales, son un pilar accesible y culturalmente seguro para la salud de las mujeres en muchas comunidades indígenas, y son importantes impulsores de las normas de género, identidad colectiva, cohesión social y la transmisión de factores de resiliencia y recursos endógenos. Finalmente, los adolescentes representan el futuro de las comunidades, son innatamente innovadores y están en una posición única para integrar estrategias en su realidad contemporánea y sociocultural.